miércoles, 11 de junio de 2014

Club Pickwick: 'El profesor', de Charlotte Brontë




El primer libro que se ha propuesto en el Club Pickwick, iniciativa de Jane de Qué leería Jane Austen, Magrat Ajostiernos de Crónicas en Ferrocarril y Konichiwa de Feeling Twinkly, ha sido El profesor de Charlotte Brontë.
La lectura comenzaba el 1 de mayo y teníamos un mes para finalizarla. Mientras, podíamos ir comentando nuestros progresos en Twitter con los  hashtags #PickwickClub y #ElProfesorCP.
Tengo que confesar que me lo he pasado bomba con esta lectura conjunta. Poder compartir esta experiencia a tiempo real me ha hecho volver a creer que hay un hueco para mí (y para los libros) en las redes sociales.

Dicho esto, mientras espero con muchas ganas la siguiente propuesta, me gustaría explicar por qué El profesor de Charlotte Brontë no me ha gustado nada. Creo que, básicamente, ha sido la animadversión que he sentido hacia William, el protagonista, lo que me ha hecho acabar odiando el libro. Un personaje orgulloso (en el peor de los sentidos) y prepotente que la autora nos presenta, incomprensiblemente, como ejemplo de trabajo duro y perseverancia, como modelo de que se pueden conseguir el éxito partiendo desde cero. En ningún momento me he sentido identificada con él, ni siquiera he compartido ninguno de sus sentimientos, emociones u opiniones. Al principio, cuando se pelea con su hermano –un nuevo industrial rico y exageradamente “malo” –, creía que se nos quería mostrar, de una forma poco sutil, la diferencia de carácter entre ellos para que nos pusiéramos de parte de William, pero a medida que avanza la historia no podía evitar pensar que él y su hermano mayor no eran tan diferentes…  Realmente no sé que le paso a Charlotte Brontë con este personaje: ¿no atinó a escribir desde un punto de vista masculino?, ¿si creía que los hombres eran así, no pudo convertir a William en un personaje más humilde, amable o empático?, ¿por qué parece que todas las féminas que salen son unas zorras manipuladoras (excepto la que será su mujer que es súper descafeinada)?
Sus opiniones sobre las alumnas de colegio donde da clase me parecen desmesuradamente críticas, y ya no hablemos de lo que piensa sobre los belgas, que los deja a caer de un burro. Realmente no entiendo si en este sentido era lo que pensaba realmente Charlotte Brontë o tal vez era el pensamiento dominante de la época y ella sólo lo trasladó a su personaje.
Al margen de William como personaje, no me parece que la historia levante el vuelo ni cuando conoce a la mujer de la que se enamora. Encuentro su actitud hacia ella extremadamente condescendiente y la de ella, pusilánime al máximo. El clímax de su enamoramiento es inexistente y debido a todas las diatribas racionales con las que nos ha machacado con anterioridad, parece extraño que su corazón pueda albergar algo del llamado “amor romántico”. 
Respecto a los personajes secundarios, ya he dejado claro que el de la chica ni fu ni fa, y el de Hunsden, también. De este último no entiendo para nada su actitud hacia William ni sus motivaciones para ayudarlo o insultarlo abiertamente. Tal vez, el único personaje que salvaría de la quema sería el de la directora del colegio de señoritas. En este caso sí que me gustó esa doble personalidad, porque se mueve en una escala de grises mucho más interesante, me gusta ese juego de “ni contigo ni sin ti”, su forma de manipular y de sacarse partido.
Puedo decir abiertamente que El profesor no me ha gustado para nada y que jamás se lo recomendaría a nadie. Si alguien me pregunta qué puede leer de Charlotte Brontë, inmediatamente y sin dudar les diré que Jane Eyre. Este sí que es una obra maestra. 


¿Habéis leído El profesor? ¿Qué os ha parecido?

martes, 3 de junio de 2014

Lecturas del mes de Mayo




Pariser Büchermarkt (Bouquinistes, Paris), Fritz Westendorp (1911)



  • El profesor, de Charlotte Brontë.
  • Rechicero, de Terry Pratchett.
  • Signatura 400, de Sophie Divry.
  • El ocupante, de Sarah Waters.
  • Esto es Londres, de M. Sasek.
  • La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer.



Rechicero de Terry Pratchett, como siempre, me arrancó más de una sonrisa, aunque creo que esta historia es un poco floja. Me reí mucho más con Ritos Iguales y con Brujas de Viaje. Pero siempre siempre siempre recomendaré los libros de Terry Pratchett sean cuales sean. Su sentido del humor es súper atemporal y aunque no los leas por orden siempre te hacen pasar un buen rato.

He visto bastantes blogs que recomendaban Signatura 400 de Sophie Divry, y la verdad es que me ha decepcionado bastante. Tampoco es que lo cogiera con muchas expectativas pero… Creo que es uno de esos libros del que sólo podemos sacar jugo los que somos un poco (o muy) bibliófilos, pero más allá de algunos datos curiosos y una forma de narrar que al menos se sale de la norma general no creo que se pueda extraer mucho más.

Este mes ha sido la primera vez que leíamos un libro con el Club Pickwick. Para El Profesor de Charlotte Brontë haré una entrada especial.

Esto es Londres de M. Sasek no es bien bien una lectura porque se trata de un libro infantil con más dibujos que letra. ¡Pero qué dibujos! Si no tienes la excusa de cogerlo para tu hijo/a, hermano/a pequeño/a o sobrino/a, es que estás enamorado de Londres hasta las trancas (como yo).

Cogí en la biblioteca El ocupante de Sarah Waters sin saber absolutamente nada de ella ni de su obra, pero ya os digo que no será el  último que lea. Confieso que llegó un punto en que la acción se me hizo un poco lenta, pero en el fondo sabía que la autora necesitaba tiempo para crear la atmosfera adecuada, que no me defraudó. Porque prácticamente todo la historia se basa en eso, en algo que ronda la mansión de los Ayres, en esa casa que se cae a pedazos y que se desvanece, en un mundo que después de la II Guerra Mundial ya no es el mismo donde cada uno debe volver a encontrar su sitio. Lo importante no es la resolución del enigma sino el viaje hacia la oscuridad, hacia el olvido de todos los personajes. El ocupante me atrapó por completo desde el primer momento.

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey de Mary Ann Shaffner es un libro que hacía tiempo que quería leer y que, la verdad, al final me ha decepcionado un poco. Me ha gustado mucho cuando la autora da voz a los habitantes de la isla de Guernsey para hablar de su vida durante la ocupación alemana y como convierte al personaje invisible de Elisabeth en alguien que aún sigue presente en todos sus amigos. Lo que no me ha gustado es que todas las voces –el libro es un compendio de cartas– hablan igual, es decir, que en realidad sólo sabes quién está narrando por la firma de la epístola. Y también se me hizo un poco pesada la vida amorosa de la protagonista, me parece un eje muy frívolo comparado con todo lo demás. Ya sé que, seguramente, la autora lo hizo adrede porque no pretendía que su libro fuera muy triste ni muy duro, pero creo que rebajando el tono hubiera quedado mejor.  Aún así, os lo recomiendo, sobre todo a los que estéis interesados en la II Guerra Mundial.

En abril, se me olvidó hacer la reseña de Rebecca, de Daphne du Maurier. No sé cómo se me pudo pasar porque me encantó. Manderley se convierte en protagonista de la historia, como esos otros lugares que Magrat Ajostiernos de Crónicas en ferrocarril explica en este post. La atmosfera del lugar, el “fantasma” de Rebecca que está en todas partes,  el misterio que envuelve su muerte, la indefensión de la protagonista ante tamaño recuerdo… Creo que es una lectura imprescindible y muy disfrutable. ¡No podía parar de leer! 


¿Os habéis leído alguno de estos libros? ¿Qué opináis?