El primer libro que se ha propuesto en el Club Pickwick, iniciativa de Jane de Qué leería Jane Austen, Magrat Ajostiernos de
Crónicas en Ferrocarril y Konichiwa de Feeling Twinkly, ha sido El profesor de
Charlotte Brontë.
La lectura comenzaba el 1 de mayo y teníamos un
mes para finalizarla. Mientras, podíamos ir comentando nuestros progresos en
Twitter con los hashtags #PickwickClub y
#ElProfesorCP.
Tengo que confesar que me lo he pasado bomba con
esta lectura conjunta. Poder compartir esta experiencia a tiempo real me ha
hecho volver a creer que hay un hueco para mí (y para los libros) en las redes
sociales.
Dicho esto, mientras espero con muchas ganas la
siguiente propuesta, me gustaría explicar por qué El profesor de Charlotte
Brontë no me ha gustado nada. Creo que, básicamente, ha sido la animadversión
que he sentido hacia William, el protagonista, lo que me ha hecho acabar
odiando el libro. Un personaje orgulloso (en el peor de los sentidos) y
prepotente que la autora nos presenta, incomprensiblemente, como ejemplo de
trabajo duro y perseverancia, como modelo de que se pueden conseguir el éxito
partiendo desde cero. En ningún momento me he sentido identificada con él, ni
siquiera he compartido ninguno de sus sentimientos, emociones u opiniones. Al
principio, cuando se pelea con su hermano –un nuevo industrial rico y
exageradamente “malo” –, creía que se nos quería mostrar, de una forma poco
sutil, la diferencia de carácter entre ellos para que nos pusiéramos de parte
de William, pero a medida que avanza la historia no podía evitar pensar que él
y su hermano mayor no eran tan diferentes…
Realmente no sé que le paso a Charlotte Brontë con este personaje: ¿no
atinó a escribir desde un punto de vista masculino?, ¿si creía que los hombres
eran así, no pudo convertir a William en un personaje más humilde, amable o
empático?, ¿por qué parece que todas las féminas que salen son unas zorras
manipuladoras (excepto la que será su mujer que es súper descafeinada)?
Sus opiniones sobre las alumnas de colegio donde
da clase me parecen desmesuradamente críticas, y ya no hablemos de lo que
piensa sobre los belgas, que los deja a caer de un burro. Realmente no entiendo
si en este sentido era lo que pensaba realmente Charlotte Brontë o tal vez era
el pensamiento dominante de la época y ella sólo lo trasladó a su personaje.
Al margen de William como personaje, no me parece
que la historia levante el vuelo ni cuando conoce a la mujer de la que se enamora.
Encuentro su actitud hacia ella extremadamente condescendiente y la de ella,
pusilánime al máximo. El clímax de su enamoramiento es inexistente y debido a
todas las diatribas racionales con las que nos ha machacado con anterioridad,
parece extraño que su corazón pueda albergar algo del llamado “amor
romántico”.
Respecto a los personajes secundarios, ya he
dejado claro que el de la chica ni fu ni fa, y el de Hunsden, también. De este
último no entiendo para nada su actitud hacia William ni sus motivaciones para
ayudarlo o insultarlo abiertamente. Tal vez, el único personaje que salvaría de
la quema sería el de la directora del colegio de señoritas. En este caso sí que
me gustó esa doble personalidad, porque se mueve en una escala de grises mucho más
interesante, me gusta ese juego de “ni contigo ni sin ti”, su forma de
manipular y de sacarse partido.
Puedo decir abiertamente que El profesor no me ha
gustado para nada y que jamás se lo recomendaría a nadie. Si alguien me
pregunta qué puede leer de Charlotte Brontë, inmediatamente y sin dudar les
diré que Jane Eyre. Este sí que es una obra maestra.
¿Habéis leído El profesor? ¿Qué os ha parecido?