sábado, 29 de enero de 2011

Una reflexión irónica, un nuevo mundo (virtual e infinito) y una coña pitorrona

«Hay que entender que en España no es de sentido común escribir sin ser una buena persona, porque los libros que pueden encontrarse en las librerías y que incluyen entre sus páginas sexo explícito y provocación gratuita están todos traducidos del francés: Michel Houllebecq, Catherine Millet, Virginie Despentes, Raoul Vaneigem, Ferdinand Celine, Jean Genet... Incluso los autores japoneses más incómodos los traducimos del francés.

Los españoles, salvo un par o tres, son probos ciudadanos, por lo tanto, su literatura es la literatura de escritores decentes. ¿Hay racismo en España? No. ¿Hay antisemitismo o machismo? Ni de coña. ¿Alguien tiene un mal día alguna vez y tilda de hijo de puta al conductor del carril vecino? ¡Que no, hombre! Eso, en Francia.»

OLMOS, Alberto: Vida y opiniones de Juan Mal-herido. Edición a cargo de Alberto Olmos. 










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